Jorge Alejandro Newbery fue una de las figuras clave del siglo XX para la Argentina: hace poco más de cien años se convirtió en el primer ídolo popular no político por sus hazañas aéreas y deportivas. Pero su nombre también está asociado al desarrollo y la modernización del sector eléctrico en el país, por eso el 27 de mayo se celebra el Día del Ingeniero Electricista en honor a su nacimiento.
Nació en 1875, hijo del odontólogo estadounidense Ralph Newbery y la argentina Dolores Malargie en una casona ubicada sobre la calle Florida, en el corazón de Buenos Aires. A los 15 años terminó el bachillerato y viajó a Nueva York para comenzar la carrera de ingeniería en la Universidad de Cornell. De allí pasó al Drexel Institute de Filadelfia, donde fue alumno de Thomas Alva Edison y obtuvo el título de ingeniero electricista en 1895.
Volvió a Buenos Aires con apenas 20 años y comenzó a trabajar como jefe de la Compañía Luz y Tracción Río de la Plata, pionera en la distribución eléctrica de La Plata y el conurbano bonaerense, en los tiempos del desarrollo de la lámpara incandescente y la transición hacia la electricidad en la iluminación de calles y hogares.
En 1897 ingresó a la Armada como ingeniero electricista. Su carrera en la fuerza duró hasta 1900, cuando fue nombrado Director General de Instalaciones Eléctricas, Mecánicas y Alumbrado de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, cargo que ocupó hasta su muerte.
En 1904 ocupó una cátedra de electrotecnia en la Escuela Industrial de la Nación. Ese mismo año viajó al primer Congreso Internacional de Electricidad en Saint Louis (Misuri, Estados Unidos), donde presentó el caso testigo del desarrollo del alumbrado público en las calles porteñas. Volvió a asistir en 1906 y en 1913 y a su regreso fue nombrado Presidente de la Comisión Electrotécnica Honoraria de Argentina. El 18 de octubre de ese mismo año, junto a un grupo de veinticinco especialistas, co-fundó el Comité Electrotécnico Argentino, representante nacional de la International Electrotechnical Commission.
Su faceta como impulsor de un sector eléctrico moderno en la Argentina es una de las menos conocidas, dado que en su época era celebrado por su pasión para conquistar los cielos. El 25 de diciembre de 1907, Newbery junto a Aarón Anchorena fueron los primeros hombres en cruzar el Río de la Plata en globo aerostático: volaron desde el actual Campo Argentino de Polo, en Palermo, hasta Conchillas, en Uruguay.

Jorge Newbery estudió ingeniería en Estados Unidos. Fue el primer graduado de la especialidad.
El 13 de enero de 1908 participó de la fundación del Aero Club Argentino, pionero en el desarrollo de la aviación en el país. Newbery completó otra hazaña el 28 de diciembre de 1909 cuando con su globo «El Huracán» recorrió 550 kilómetros en 13 horas, uniendo Argentina, Uruguay y Brasil. Batió el récord sudamericano y se colocó en el cuarto lugar mundial de tiempo de suspensión y en sexto lugar en recorrido. De allí nació el nombre de Huracán, el club de fútbol de Parque Patricios.
Luego, totalizó 40 ascensiones en globo hasta 1910, cuando obtuvo licencia de piloto y comenzó a volar en monoplano. El 24 de noviembre de 1912 fue el primer hombre en cruzar el Río de la Plata con su avión Bleirot Gnome de 50 HP y volver a destino en el mismo día.
El 10 de febrero de 1914, Newbery se subió a un monoplano Morane-Saulnier y batió el récord mundial de altura cuando alcanzó los 6.225 metros. Una multitud lo recibió en el aeropuerto del Palomar y lo celebró como un héroe. Pero iba por más, algunos días después pretendía cruzar la Cordillera de los Andes con ese mismo avión.
El 1 de marzo, ya instalado en Mendoza, ofreció una demostración aérea previa a intentar el cruce, pero murió cuando su avión cayó al suelo por una falla técnica. Tenía 38 años.
El 3 de marzo de 1914 fue velado en la Sociedad Sportiva de Palermo (actual Campo de Polo), desde donde partió su primer viaje en globo. Unas 50.000 personas fueron a despedirlo y todos los diarios de la Argentina hablaron de ese día. Fue enterrado en el cementerio de la Recoleta. Luego, en 1937, fue trasladado a su mausoleo en el Cementerio de la Chacarita, donde descansa actualmente.